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% E: Y* y$ u6 t N& RCUENTACUENTOS6 _+ H( R+ l. T8 b5 K
3 y/ H6 y4 C, c! C/ h9 ~ Se lleva a cabo en La Paz el quinto Apthapi Internacional de Cuentacuentos. Expertos nacionales y extranjeros en el arte verbal explican las características de los “cuentacuenteros”y apuestan por su vigencia pese a las difi cultades, en la sociedad actual, de recuperar historiasy transmitirlas.5 j% }( `' [& F# g* U- F& U M
“Antes de que hubiera televisión, las madres, al acostar a sus hijos, les contaban un cuento;pero ahora, al niño le ponen un vídeo o le dejan con uno de esos famosos videojuegos”. Celia Asturizaga, una de las pioneras de la narración oral contemporánea en La Paz, se refi ere así a uno de los grandes inconvenientes que en el mundo actual enfrenta el arte de contar cuentos,de transmitir verbalmente historias y conocimientos.* {* [$ O$ B& j- E# Z6 s
Pese a todo, según Celia, la oralidad tiene una gran ventaja sobre toda la cháchara tecnológica y es que está al alcance de todos; todos la podemos practicar en la situación y lugar que sea y con la temática más inverosímil. Esa es su gran fuerza.
: Q9 Z" B# n: F9 m' N3 O$ n En el año 2000 un colectivo de actores y artistas organizó en la Sede de Gobierno el primer Apthapi Internacional de Cuentacuentos, que tuvo su segunda versión al año siguiente y que, tras un receso, volvió en 2007 y halló defi nitiva continuidad en 2008 con la quinta versión, la cual está en actual desarrollo con la presencia de seis “cuentacuenteros” internacionales y; L& q8 z X; x( o# s/ K% d/ [
más de dos docenas de nacionales.8 K# e" \1 v: l" i
La pérdida de dialectos y lenguas indígenas, y la inaccesibilidad a ciertas etnias o sitios geográu64257X cos donde habitan pueblos ricos en tradición oral son algunas de las principales barreras a la hora de recuperar y mantener vivas leyendas, mitos y costumbres transmitidos de generación en generación.
4 {9 x/ U4 j6 ^/ u* R8 f3 c En busca de promover esta actividad y demostrar su valía e importancia, el Apthapi es un) R& |8 M6 j: ~) b% K
encuentro de interculturalidad, para conocernos unos a otros a través de nuestros relatos e/ u% t9 @: m' F& _+ v
historias ancestrales y actuales./ V7 ~( C; e8 J" G% c
Recobrar esta riqueza hablada es muy difícil, pero aunque en poca cantidad, es algo que nunca dejó ni dejará de hacerse. Es un trabajo infi nito porque de mitos, leyendas e historias hay un sinfín.Y es que entre la teoría y la realidad hay un hueco que es fundamental llenar. A la hora de trabajar sobre la riqueza intangible, siempre se dan los primeros pasos: rescatar, acopiar,sistematizar o clasifi car y almacenar, pero muy pocas veces se cierra el proceso con el punto más importante: transmitir.
# \) }6 b! C" O/ e9 j9 o- m Asturizaga señala que existen trabajos de recopilación que han hecho estudiantes de universidades y escritores que han llevado relatos y tradiciones de los pueblos a libros, pero que en la mayoría de los casos solo quedan en eso, en el libro. Para ella, un trabajo de recopilación –ir al campo, conversar con ancianos y registrar su sabiduría y memoria– debe obligatoriamente ir unido a una labor de difusión: dar a conocer, hacer llegar a la mayor cantidad de gente posible, y en eso radica la función de los “cuentacuenteros”. 8 z* J3 j5 V& t' j& I* A0 }5 a
Un “cuentacuentero”, al depender de la palabra para visualizar lo que está narrando,requiere tener facilidad de palabra y capacidad de evocación para generar imágenes en su oyente.
! Z$ G% [: P2 j4 o' j Sin duda, un actor puede ser un buen “cuentacuentero”, ya que conoce cosas como los tiempos, los ritmos, las pausas, el tono y sobre todo el sentido de la dramaturgia. Pero puede suceder también que un buen actor no tenga la capacidad de narrar. El acto evocativo es completamente diferente. En la narración de una historia, una anécdota, etcétera, se cuenta, |