-Ayer lucía el sol para mí -dijo el pajarillo-, pero hoy hace un día oscuro y gris. ?Qué triste estoy!
4 V& O+ h& o5 J( m' n0 J -Usted no sabe nada del tiempo -replicó el pato-. El día aún no ha terminado; y no ponga esa cara de tonto.: n7 {4 I4 {) e, z% a1 p
-?Me mira usted con unos ojos tan airados como los que me acechaban cuando caí al corral!
0 p4 u+ l" U0 C - Sinvergüenza -gritó la portuguesa-. Compararme con el gato, ese animal de rapi?a! Ni una gota de su mala sangre corre por mis venas. Me hice cargo de usted y pretendo ense?arle buenos modales.7 q7 ]" r4 J# q: k# d8 b
Y le dio un picotazo en la cabeza, con tal furia, que lo mató.) z& r% e! b# {# R0 m1 e
-?Cómo? -dijo-. ?Ni un picotazo pudo soportar? Ahora veo que nunca se hubiera adaptado a nuestro modo de vivir. Me porté con él como una madre, eso sí, pues corazón no me falta.6 [$ l6 y# I& P( v
El gallo vecino, metiendo la cabeza en el corral, cantó con su estrépito de locomotora.& \7 d- M) t4 v
-?Usted será causa de mi muerte, con su eterno griterío! -dijo la pata-. De todo lo ocurrido tiene la culpa usted. él ha perdido la cabeza, y ha faltado poco para que yo pierda también la mía.
% f+ v4 W, Q! o, j% O$ K7 s -?No ocupa mucho espacio el pajarito! -dijo el gallo.5 n9 w! R S% ?! H
-?Hable de él con más respeto! -replicó la portuguesa-. Tenía voz, sabía cantar y era muy ilustrado. Era cari?oso y tierno, y esto conviene tanto a los animales como a esos que llaman personas humanas.
: x1 R3 O, C" J Todos los patos se congregaron en torno al pobre pajarillo muerto. Los patos tienen pasiones violentas; o los domina la envidia o son un dechado de piedad, y como en aquella ocasión no existía ningún motivo de envidia, se sintieron compasivos; y lo mismo les sucedió a las dos gallinas chinas.8 M5 v+ B3 ~6 ]6 _
-?Jamás tendremos un pájaro cantor como éste! ?Era casi chino! -y se echaron a llorar de tal forma que no parecía sino que cloqueaban, y las demás gallinas cloquearon también, mientras a los patos se les enrojecían los ojos.
: P8 H f; C6 N) j -Lo que es corazón, tenemos -decían-; nadie puede negárnoslo.. Y. }, w% [, |1 o
-?Corazón! -replicó la portuguesa-; sí, en efecto, casi tanto como en Portugal. \( A- \4 w, _3 T/ X
-Bueno, hay que pensar en meterse algo en el buche -observó el pato marido-, esto es lo que importa. Aunque se rompa un juguete, quedan muchos |