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[西语阅读] 西语阅读素材:《一千零一夜》连载一

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发表于 2012-8-17 11:59:20 | 显示全部楼层 |阅读模式
  HISTORIA DEL REY SCHAHRIAR Y DE SU HERMANO EL REY SCHAHZAMAN$ O- W# W+ D' n" u, b5 k
  Cuéntase -pero Alah es más sa-bio, mas prudente, más poderoso y más benéfico- que en lo que trans-currió en la antigüedad del tiempo y en lo pasado de la edad, hubo un rey entre los reyes de Sassan, en las islas de la India y de la China. Era due?o de ejércitos y se?or de auxi-lliares de servidores y de un séquito numeroso. Tenía dos hijos, y ambos eran heroicos jinetes, pero el mayor valía más aún que el menor. El ma-yor reinó en los países, gobernó con justicia entre los hombres, y por eso le querían los habitantes del país y del reino. Llamábase el rey Schah-riar. Su hermano, llamado Schahza-man; era el rey de Samarcanda Al--Ajam.
. s, F- \8 j. c. `, N  Siguiendo-las cosas el mismo cur-so, residieron cada uno en su país, y gobernaron con justicia a sus ovejas durante veinte a?os. Y llegaron am-bos hasta el límite del desarrollo y el florecimiento.+ m6 N! ^- b/ ~* x: k4 j9 z) ~
  No dejaron de ser así, hasta que el mayor sintió vehementes deseos de ver a su hermano. Entonces ordenó a su visir que partiese y volviese con él. El visir contestó: “Escucho y obedezco.”
) N; Q4 r9 G' G) S4 z9 o+ }; G' l  Partió, pues, y llegó felizmente par la gracia de Alah; entró en casa de Schahzaman, le transmitió la paz, le dijo que el rey Schahriar deseaba ardientemente verle, y que el objeto de su viaje era invitarle a visitar a su hermano. El rey Schahzaman con-testo: “Escucho y obedezco.” Dispu-so los preparativos de la partida, mandando sacar sus tiendas, sus ca-mellos y sus mulos, y que saliesen sus servidores y sus auxiliares. Nom-bró a su visir gobernador del reino y salió en demanda de las comarcas de su hermano.  E: K/ _! {) O  F9 k8 V, m
  Pero a media noche recordó una cosa que había olvidado; volvió a su palacio secretamente y se encaminó a los aposentos de su esposa a quien pensaba encontrar triste y llorando por su ausencia. Grande fue, pues, su sorpresa al hallarla departiendo con gran familiaridad con un negro, es-clavo entre los esclavos. Al ver tal desacato, el mundo se obscureció an-te sus ojos. Y se dijo: “Si ha sobreve-nido ésto cuando apenas acabo de dejar la ciudad. ?Cuán sería la con-ducta de esta esposa si me ausen-tase algún tiempo para estar con mi hermano?” Desenvainó inmediata-mente el alfanje, y acometiendo a ambos, los dejó muertos sobre los tapices del lecho. Volvió a salir, sin perder una hora ni un instante, y ordenó la marcha de la comitiva. Y viajó de noche hasta avistar la ciu-dad de su hermano.
7 N- v1 H) P- z  Entonces éste se alegró de su pro-ximidad, salió a su encuentro, y al recibirlo, le deseó la paz. Se regocijó hasta los mayores límites del conten-to, mandó adornar en honor suyo la ciudad y se puso a hablarle lleno de efusión. Pero el rey Schahzaman recordaba la fragilidad de su esposa, y una nube de tristeza le velaba la faz. Su tez se había puesto pálida y su cuerpo se había debilitado. Al verle de tal modo, el rey Schahriar creyó en su alma que aquello se de-bía a haberse alejado de su reino y de su país, lo dejaba estar sin pre-guntarle nada. Al fin, un día, le dijo: “Hermano, tu cuerpo enflaquece y su cara amarillea.” Y el otro respon-dió: “?Ay, hermano, tengo en mi interior como una llaga en carne viva-!” Pero no le reveló lo que le había ocurrido con su esposa. El rey Schahriar le dijo: “Quisiera que me acompa?ase a cazar a pie y a caba-llo, pues así tal vez se esparciera tu espíritu.” El rey Schalizaman no qui-so aceptar y su hermano se fue solo a la cacería.
* g4 c1 r: t6 e5 W1 |# D  Había en el palacio unas ventanas que daban al jardín, y habiéndose asomado a una de ellas el rey Schah-zaman, vio corno se abría una puerta secreta para dar salida a veinte escla-vas y veinte esclavos, entre los cua-les, avanzaba la mujer del rey Schah-ciar en todo el esplendor de su belle-za, y ocultándose para observar lo que hacían, pudo convencerse de que la misma desgracia de que él había sido víctima, la misma o ma-yor, cabía a su hermano el sultán.
# P1 t1 x4 V3 d/ g3 L  Al ver aquello, pensó el hermano del rey: “?Por Alah! Más ligera es mi calamidad que esta otra.” Inme-diatamente, dejando que se desvane-ciese su aflicción, se dijo: “?En ver-dad, esto es más enorme que cuanto me ocurrió a mí!” Y desde aquel momento volvió a comer y beber cuanto pudo.
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 楼主| 发表于 2012-8-17 11:59:21 | 显示全部楼层

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